Cuenta la historia que el grupo de jóvenes que le iba dando
forma a los Cursillos de Cristiandad, solía reunirse en un café, y siempre que
se juntaban hacían tocar y cantaban una canción de moda en la época que
comenzaba con “De Colores”, tanto que el grupo fue siendo identificado como los
"de colores". Y ellos mismos comenzaron a saludarse y despedirse con
un "De Colores".
"Estar de colores" significó y significa estar
llenos de la Gracia de Dios, vivir con Él, comprometemos con Cristo y con el
hermano.
La canción, cuya letra fue cambiada, se transformó en una
especie de himno de Cursillos, que ahora se canta en todos los países en los
que existe el Movimiento y anima todos los cursillos que se realizan. Estar de
colores es estar con el Señor.
Este saludo “DE COLORES” se convirtió en contraseña de la
alegría sana de quienes viven en la Gracia del Señor. Y: "La Gracia es
aquella vestidura de muchos colores, porque de la gracia proceden los colores
de todas las virtudes".
Hoy cantamos DE COLORES, y estamos DE COLORES… porque Dios
con su Gracia, que es luz, atraviesa nuestras vidas, como el rayo de luz que
atraviesa la gota de rocío y se descompone en los colores del arco iris…